La más reciente actualización del Banco Mundial, divulgada en abril en el marco del Día Internacional del Trabajo, ajusta a la baja la proyección de crecimiento económico para América Latina y el Caribe, ubicándola en 2,1 % para el año 2025.
El informe también prevé una expansión de 2,4 % para 2026, y señala que esta región tendrá el desempeño más bajo a nivel global.
Entre los factores destacados en el documento figuran el nivel elevado de endeudamiento, la disminución de la inversión y un contexto internacional volátil asociado a conflictos comerciales.
De acuerdo con el organismo, la desaceleración económica tendría efectos en el mercado laboral, con una expectativa de menor dinamismo tanto en la generación de empleo como en la evolución de los ingresos.
Se prevé que la creación de empleo crezca un 1,6 % interanual en 2025, por debajo del 2 % estimado para 2024.
En cuanto al ingreso laboral, se proyecta una desaceleración hasta 1,5 %, en contraste con los niveles cercanos al 4 % registrados a principios de 2024.
El informe señala que el avance en materia de empleo no será uniforme. Las condiciones laborales de los jóvenes y de sectores vulnerables estarían más expuestas a contextos de menor crecimiento, con tasas de informalidad más elevadas, contratos inestables y menor cobertura de seguridad social.
Se indica además que el 22,8 % de las empresas en la región identifican limitaciones vinculadas a formación inadecuada de la fuerza laboral, superando el promedio mundial de 19 %.
En relación con esto, se observa un rezago en los resultados del sistema educativo, con tres de cada cuatro jóvenes sin dominio básico de matemáticas.
El informe también destaca que la informalidad afecta al 42,1 % de los trabajadores, con diferencias entre países. Mientras Chile y Costa Rica registran cifras menores al 35 %, otras economías como Perú y Bolivia superan el 60 %.
Entre los nuevos empleos creados en la última década, la mayor parte corresponde a sectores como comercio y hotelería, especialmente en centros urbanos, y muchas de estas plazas no incluyen acceso a pensiones ni beneficios laborales.
Además, se advierte que el subtrabajo (personas que trabajan menos horas de las deseadas) se mantiene elevado en comparación con otras regiones.
El Banco Mundial concluye que la mitad de los países de la región han registrado una caída en el Índice de Calidad del Empleo, asociado a dimensiones como seguridad social, nivel de ingresos, estabilidad y protección legal.