La agencia Moody’s Ratings rebajó un escalón la calificación de Estados Unidos, colocándola en Aa1, debido al crecimiento sostenido de la deuda pública y al deterioro de sus indicadores fiscales, según su comunicado oficial.
Esta decisión se produce más de un año después de que se modificara la perspectiva crediticia del país de estable a negativa.
La calificadora explicó que, aunque Estados Unidos mantiene fortalezas económicas y financieras importantes, estas ya no son suficientes para compensar el deterioro de sus métricas fiscales.
El déficit federal se aproxima a USD 2 billones por año, lo que representa más del 6% del producto interno bruto.
Además, el nivel total de deuda ha superado el tamaño de la economía, impulsado por el incremento del gasto posterior a la pandemia y el aumento de tasas de interés, lo que encarece el servicio de deuda.
Tras el anuncio, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años alcanzó el 4,49%, mientras que el fondo cotizado que replica el S&P 500 retrocedió más del 0,5% en operaciones posteriores al comunicado.
Moody’s indicó que mantiene ahora una perspectiva estable sobre la calificación del país.
El Laboratorio de Presupuesto de Yale estima que el paquete fiscal en discusión podría añadir USD 3,4 billones a la deuda pública en la próxima década.
Si las medidas temporales se extendieran hasta 2035, la deuda como porcentaje del PIB podría alcanzar el 200% para el año 2055.
Moody’s se suma a otras agencias que ya habían degradado la calificación de Estados Unidos. Fitch Ratings la redujo a AA+ en agosto de 2023, y S&P Global Ratings fue la primera en hacerlo en 2011, en el contexto de debates internos sobre el límite de endeudamiento.