El valor del oro finalizó la semana con una variación negativa cercana al 2%, tras mantenerse estable cerca de los USD 3.370 por onza en la jornada del viernes.
El comportamiento se da luego de que disminuyera la tensión geopolítica en Medio Oriente y se reforzaran las proyecciones de inflación por parte de la Reserva Federal, lo que influyó en la expectativa sobre posibles recortes de tasas.
Durante los días previos, la cotización del oro fue afectada por señales del banco central estadounidense sobre riesgos inflacionarios vinculados a decisiones de política comercial.
Estas perspectivas, de mantenerse, podrían limitar reducciones en las tasas de interés, condición habitualmente asociada a un mayor atractivo del metal.
En paralelo, el fortalecimiento del dólar frente a otras divisas también tuvo incidencia en la dinámica del precio del lingote.
A pesar del ajuste semanal, el oro acumula un incremento cercano al 30% en lo que va del año y se mantiene próximo a su máximo histórico de USD 3.500 por onza, alcanzado en abril.
Las estimaciones de los principales actores del sector financiero presentan divergencias. Mientras algunos anticipan un aumento en el precio del oro hacia USD 4.000 por onza, otros proyectan niveles por debajo de USD 3.000 en el mediano plazo.
La cotización del platino y el paladio registró subas, mientras que la plata se mantuvo sin cambios. El índice del dólar al contado retrocedió 0,1%, aunque cerró la semana con un aumento acumulado del 0,4%.