Según informó el Korea Economic Daily, una operación de control migratorio en el estado de Georgia impactó en una planta de baterías de una empresa conjunta de Hyundai Motor y LG Energy Solution.
Las imágenes difundidas mostraron a trabajadores detenidos, lo que generó inquietud en torno a las inversiones previstas por miles de millones de dólares.
El operativo se enmarca en una campaña más amplia de Estados Unidos contra trabajadores indocumentados y se produjo menos de dos semanas después de un encuentro bilateral en el que ambos países habían anunciado acuerdos comerciales.
De acuerdo con la publicación surcoreana, LG Energy decidió posponer el inicio de la producción de baterías para vehículos eléctricos, que estaba previsto para finales de este año, trasladando la fecha a la primera mitad de 2026.
La compañía había planificado fabricar un volumen de 30 GWh anuales, pero el retraso podría impactar en los planes de Hyundai y su filial Kia Corp.
Portavoces de ambas empresas señalaron que aún es prematuro determinar el efecto real sobre sus operaciones.
Algunas empresas surcoreanas ya habían mostrado cautela en sus operaciones en Estados Unidos. Samsung Electronics, por ejemplo, había emitido directrices internas limitando los viajes de sus empleados con visas de corta duración.
El presidente del Grupo SK, en una reunión con líderes políticos, instó a asegurar cuotas de visas estadounidenses para evitar que se repitan episodios similares y garantizar el funcionamiento de las compañías.
La redada fue catalogada como la mayor operación en un solo sitio del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Tras los hechos, inversores en Seúl reaccionaron con moderación: las acciones de LG Energy cerraron con una suba de 0,2%, mientras que Hyundai retrocedió 0,7%.