Según información difundida por la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos ordenó el despliegue de 800 efectivos de la Guardia Nacional y asumirá temporalmente el mando del Departamento de Policía Metropolitana de Washington DC.
El objetivo declarado es que la Guardia Nacional apoye en logística, transporte y otras tareas, permitiendo que la policía local disponga de más personal para realizar detenciones.
Esta medida se suma a la participación de agentes de más de una docena de agencias federales, entre ellas el FBI, la DEA y la ATF.
En el anuncio se informó que el actual director de la DEA ocupará el cargo de director interino del Departamento de Policía Metropolitana mientras dure la medida.
Las acciones incluyen el despliegue de personal en distintos puntos de la ciudad y la implementación de controles para actuar contra pandillas, redes de narcotráfico y otras organizaciones delictivas.
La decisión se produce en un escenario en el que, según datos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, los delitos violentos en el Distrito de Columbia se encontraban en 2024 en su nivel más bajo en tres décadas.
No obstante, se indicó que la intervención busca reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad y abordar también la situación de personas sin vivienda, en el marco de órdenes ejecutivas que facilitan el retiro de campamentos en terrenos federales.
Autoridades locales han expresado posiciones distintas frente a la medida. En otros casos previos, como el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles a inicios de año, se registraron diferencias entre el gobierno federal y autoridades estatales.