Un grupo de ocho detenidos fue liberado y otros cinco pasarán a cumplir sus condenas en arresto domiciliario en Venezuela, en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos, según informaron medios internacionales.
La medida ocurre mientras Washington intensifica sus acciones diplomáticas, militares y económicas hacia el país sudamericano.
De acuerdo con datos del Foro Penal, a finales de agosto se contabilizaban 815 personas privadas de libertad por motivos políticos en Venezuela.
La liberación parcial se enmarca en un escenario donde la presión internacional se ha incrementado, con la presencia de buques estadounidenses en el Caribe y restricciones económicas que afectan al sector energético.
Estados Unidos desplegó recientemente tres buques de guerra con más de 4.000 efectivos en el sur del Caribe, como parte de sus esfuerzos en la región.
Paralelamente, la administración norteamericana ha reforzado las sanciones contra la industria petrolera venezolana, limitando las operaciones de empresas internacionales, aunque manteniendo licencias a algunas compañías para la extracción de crudo.
En julio se había registrado un intercambio de detenidos que incluyó a ciudadanos estadounidenses y presos políticos venezolanos, lo que evidencia una dinámica de negociaciones en medio de la tensión bilateral.
Sin embargo, no está claro si la reciente liberación responde a un acuerdo directo con Washington o si responde a una decisión unilateral del gobierno de Caracas.
La situación se desarrolla en un marco de confrontación política, militar y económica, donde el discurso oficial venezolano ha llamado a reforzar la defensa nacional.
Mientras tanto, distintos sectores opositores y organizaciones internacionales continúan señalando la necesidad de abordar la situación de los presos políticos en el país.