Según datos del Millionaire Migration Report, difundidos por Henley & Partners y New World Wealth, Costa Rica y Panamá se posicionan entre los países latinoamericanos que más atrajeron personas de alto poder adquisitivo en lo que va del año.
Para finales de 2025, se proyecta que Costa Rica reciba aproximadamente 350 nuevos millonarios y Panamá unos 300, mientras que economías más grandes de la región registrarían salidas de capitales privados.
En el caso de Brasil, se estima un éxodo de 1.200 millonarios, y en Colombia, México y Argentina, alrededor de 150, 150 y 100, respectivamente.
Las razones detrás de este fenómeno migratorio, de acuerdo con New World Wealth, se vinculan con varios aspectos.
Entre ellos se encuentran la estabilidad jurídica, la ausencia de impuestos sobre sucesiones, la baja carga impositiva sobre ganancias de capital y la existencia de zonas residenciales de lujo.
Además, ambos países cuentan con sistemas desarrollados para la gestión patrimonial y muestran menores índices de inseguridad que otros en la región.
Se suman características naturales como playas, biodiversidad y paisajes que generan interés en el perfil de quienes migran.
El reporte indica que la llegada de nuevos residentes con alto poder adquisitivo generaría una inyección de aproximadamente USD 2.800 millones para Costa Rica y USD 2.400 millones para Panamá.
Según la consultora, más del 60 % de estas personas proviene de Estados Unidos y Canadá, y en menor proporción de Europa, Asia y otros países de América Latina.
Costa Rica y Panamá se ubican, además, entre los diez mercados con mayor crecimiento en atracción de capital privado en 2024, en términos de número de millonarios.
En el caso costarricense, se destaca una tasa de crecimiento superior al promedio regional, junto con niveles bajos de inflación e interés.
A ello se suman acuerdos recientes con organismos multilaterales y una política fiscal considerada estable.
Por su parte, Panamá mantiene su grado de inversión y muestra un sistema financiero consolidado, sin banco central, con alta autorregulación bancaria y una economía dolarizada, factores que, según análisis económico, generan confianza entre los inversores.
Ambos países registran niveles elevados de inversión extranjera directa, con Costa Rica alcanzando USD 5.298 millones en 2023 y Panamá USD 3.240 millones, de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).