
La plata registró una baja superior al 6%, su retroceso más pronunciado en seis meses, dentro de un contexto global donde los metales preciosos enfrentan presión.
El descenso coincidió con una menor preocupación por la calidad del crédito en Estados Unidos y con las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, factores que redujeron la demanda de activos considerados refugio, como el oro y la plata.
En el mercado de Nueva York, la plata al contado cerró en USD 50,96 la onza, mientras el oro y otros metales como el platino y el paladio también retrocedieron.
La caída se produjo después de una racha de aumentos impulsada por la incertidumbre económica de las últimas semanas.
Analistas indicaron que la escasez en el mercado londinense de plata comenzó a normalizarse, lo que llevó a una toma de ganancias por parte de los inversionistas.
Este ajuste se dio tras niveles considerados extremos de demanda en meses anteriores.

El retroceso de la plata se produjo junto a un repunte en los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, impulsado por el alivio de preocupaciones en torno a los bancos regionales y su capacidad crediticia.
La disminución de la búsqueda de refugio financiero generó una reacción inmediata en los precios de los metales, marcando una jornada de ajuste para los principales commodities vinculados a la inversión y la reserva de valor.