El gobierno de Israel comunicó a Estados Unidos su decisión de suavizar las normas de importación de productos estadounidenses.
Esta medida se enmarca dentro de los esfuerzos para avanzar en las negociaciones arancelarias con la administración de Donald Trump.
El anuncio fue realizado en el contexto de una estrategia que busca obtener un mejor tratamiento comercial, tras la reciente imposición de gravámenes a productos israelíes.
La nueva política regulatoria sigue una línea similar a la aplicada en su momento con la Unión Europea, bajo el principio de aceptación de normas extranjeras para facilitar el comercio bilateral.
La propuesta de Israel también busca extender un período de gracia de 90 días sobre los aranceles y evitar un mayor impacto económico en un contexto de presión sobre los mercados y las inversiones tecnológicas.
De acuerdo con las autoridades israelíes, los aranceles impuestos por Estados Unidos, incluido un gravamen del 17 % a productos israelíes, han generado efectos en distintos sectores económicos.
Israel registra actualmente un superávit comercial de aproximadamente US$ 7.400 millones con Estados Unidos, cifra que se incrementa al considerar las exportaciones de software tecnológico.
Entre las principales importaciones israelíes desde Estados Unidos se destacan bienes de consumo, maquinaria y productos vinculados a la seguridad.
La conducción de las conversaciones arancelarias está a cargo de un equipo de la oficina del primer ministro de Israel.