Internacionales
Datos recientes confirman que la desigualdad continúa siendo un peso para millones en Latinoamérica
28/11/25
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Según un informe de la Cepal, los países de América Latina y el Caribe mantienen niveles elevados de desigualdad de ingresos en comparación con otras regiones del mundo.
La situación es descrita como un factor que limita el avance social en distintos territorios.
Durante la última década, la región presenta una diferencia persistente entre los ingresos más altos y los más bajos.
Este comportamiento se combina con un crecimiento económico moderado y una movilidad social reducida.
El reporte señala que el 10% con mayores ingresos concentra cerca de un tercio de los recursos totales, mientras que el 10% con ingresos más bajos accede a menos del 2%.
En el ámbito internacional, el índice de Gini regional continúa entre los más elevados del mundo, solo por debajo de zonas como África Subsahariana. La Cepal menciona que el valor promedio reciente del indicador se ubicó en 0,452, considerando datos de 12 países.
Al observar los resultados por país, el nivel más alto dentro de la región en 2024 corresponde a Colombia con 0,559, seguido de Panamá con 0,506 y Brasil con 0,504.
Más abajo se encuentran naciones como Costa Rica con 0,470, Paraguay con 0,461, Honduras con 0,457, Ecuador con 0,442, México con 0,432 y Perú con 0,413.
Los valores más reducidos entre los territorios analizados se registraron en Uruguay con 0,398, República Dominicana con 0,395 y Argentina con 0,386.
La Cepal indica que la estructura actual dificulta reducir la pobreza. En 2024, alrededor de 25,5% de la población regional se encontró en esta condición, lo que representa aproximadamente 162 millones de personas.
La pobreza extrema alcanzó 9,8%, una disminución de 0,8 puntos respecto al año anterior.
Por otro lado, se reporta una disminución de la pobreza multidimensional, que pasó de 34,4% en 2014 a 20,9% en 2024, asociada principalmente a mejoras en acceso a vivienda y servicios.
El estudio destaca que la desigualdad se vincula a brechas educativas y a la capacidad de acceder a empleos con mejores condiciones. La informalidad laboral continúa siendo alta, afectando a 47% de las personas ocupadas en la región.
