El Gobierno brasileño procedió con una segunda emisión de deuda externa en lo que va del año.
Esta operación se enmarca en un contexto donde el real acumula una suba aproximada del 10 % desde enero, luego de haber registrado una caída del 21 % en 2024.
La mayor economía de América Latina presentó una oferta de bonos en dólares con vencimiento en el año 2030 y reabrió una emisión correspondiente al 2035.
El rendimiento preliminar sugerido para estos instrumentos fue de 6,125 % y 7,125 %, respectivamente.
Los activos brasileños fueron impulsados por un mayor interés en los mercados en desarrollo, atribuido al debilitamiento del dólar y a expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
En este escenario, diversas monedas emergentes mostraron una apreciación frente al dólar durante los primeros meses del año.
A pesar del repunte de los activos, recientemente se revisó la perspectiva crediticia del país. Una agencia de calificación redujo la perspectiva de positiva a estable, argumentando expectativas de mayores déficits fiscales, retrasos en reformas estructurales y presión presupuestaria ligada a los tipos de interés elevados.
La última venta de deuda externa brasileña tuvo lugar en febrero. En esa ocasión, se emitieron USD 2.500 millones en bonos con vencimiento a 2035.
La colocación actual es gestionada por BNP Paribas, Citigroup y Santander, y se prevé que el precio definitivo sea determinado hoy.