
De acuerdo con fuentes oficiales, se informó que Bolivia analiza la conformación de un banco del oro con participación pública y privada. La medida busca reorganizar la estructura de compra y manejo del metal, incorporando procedimientos destinados a mejorar la trazabilidad y el control en el sector.
La iniciativa contempla continuar con la adquisición estatal del oro producido localmente, aunque mediante mecanismos diferentes a los aplicados en los últimos años.
La administración actual prevé modificar los instrumentos empleados para las operaciones de oro.
Entre los lineamientos mencionados se incluye el ajuste de los métodos de pago, la adecuación a normas ambientales y la eliminación del uso del metal como forma de intercambio en áreas donde se registran prácticas irregulares.
También se mencionó la intención de ofrecer condiciones laborales más formales a los trabajadores del rubro mediante procesos de regularización.

El esquema vigente de adquisición estatal comenzó en 2023. Hasta agosto de 2025 se habían adquirido 28,5 toneladas métricas y monetizado 48 toneladas, aunque también se realizaron ventas anticipadas que exigen la entrega de 6,7 toneladas adicionales durante el próximo año.
El uso de pagos en moneda local generó efectos asociados a incrementos en la circulación interna de efectivo y al crecimiento de operaciones informales vinculadas a la comercialización del metal.
La actividad minera y el comercio no formal del oro en la región aumentaron en un contexto marcado por el incremento del precio internacional, que registró más del 50% de variación en el año.
El alza del valor del metal se relaciona con la demanda de entidades financieras y con la búsqueda de activos considerados refugio en periodos de endeudamiento global.