Un informe del banco de inversión BancTrust & Co. analiza la situación económica y energética de Bolivia.
Según los datos, el país podría pasar de exportador a importador neto de gas para finales de esta década debido al aumento del consumo interno, que se proyecta de 14 millones de metros cúbicos diarios (mmcd) a 16 mmcd, y al acelerado agotamiento de los yacimientos de gas natural.
La producción de gas natural en Bolivia promedió 33,1 mmcd entre enero y septiembre de 2023, por debajo de los 36,7 mmcd registrados en 2022.
En septiembre, la producción se redujo a 30,1 mmcd, según el reporte.
Aunque la petrolera estatal anunció planes para incrementar las actividades de exploración y revertir la caída en la producción para 2027, analistas privados consideran que estas previsiones no son realistas debido a la limitada actividad de perforación en curso.
La transición a importador de gas supondría una pérdida significativa de ingresos para Bolivia. En 2023, las exportaciones de gas generaron 2.000 millones de dólares, muy por debajo de los 6.600 millones de dólares registrados hace una década.
Además, la falta de divisas está afectando sectores clave de la economía. La depreciación del boliviano en el mercado paralelo llegó a superar los 12 bolivianos por dólar, con una diferencia del 70 % frente al tipo de cambio oficial.
El gobierno boliviano anunció recientemente medidas para liberalizar parcialmente las importaciones de combustibles y permitir al sector privado comercializarlos.
Sin embargo, analistas indican que estas medidas podrían tener un impacto limitado debido a la temporalidad de la medida y a la desconfianza en la regulación de precios.