
Según la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), el régimen temporal de retenciones cero en las exportaciones argentinas de granos y derivados finalizó al completarse un cupo de USD 7.000 millones.
La medida generó un alto nivel de operaciones en pocos días y dejó un escenario de incertidumbre en torno al comercio exterior de la soja en la región.
Con el retorno al esquema anterior, las operaciones actuales estarían ajustándose a las condiciones habituales, aunque sin una proyección clara sobre cómo evolucionarán los flujos en las próximas semanas.
Durante el periodo de reducción impositiva en Argentina, se observó una menor compra de soja paraguaya en estado natural, lo que derivó en una disminución de los envíos hacia ese país en lo que va del año.
La falta de estímulos para la industria argentina podría mantener un menor interés en la adquisición del grano, mientras que en Paraguay se fortaleció la industrialización local.
La Cappro informó que la industrialización en el país alcanzó este año el mayor nivel de la década, con más del 82% de la capacidad instalada en uso. Esto representó un crecimiento interanual superior al 7% en el volumen procesado.

En agosto se registraron 343.281 toneladas industrializadas, cifra que constituye el máximo mensual en lo que va del 2025 y el mejor resultado para ese mes desde 2018.
Analistas del mercado indicaron que, tras el fin del beneficio impositivo en Argentina, podría ingresar una gran cantidad de granos almacenados, presionando los precios internacionales en el corto y mediano plazo.
En el caso de Paraguay, la soja destinada a procesamiento local gana relevancia frente a la exportación en estado natural, lo que permite diversificar los destinos con productos con valor agregado.