
La reciente aprobación de una normativa para regular las stablecoins en Estados Unidos generó un aumento en el debate dentro del sector financiero sobre el alcance que podría tener esta medida. La discusión se centra en el uso de estos activos digitales vinculados al dólar y en su posible conexión con la demanda de instrumentos del Tesoro a corto plazo.
La normativa plantea nuevas obligaciones para los emisores y establece parámetros orientados al respaldo total de los tokens en dólares o activos equivalentes.
Esto motivó diferentes análisis sobre cómo podrían evolucionar estas monedas digitales en el sistema financiero.
Entre los puntos señalados en los reportes, se menciona la posibilidad de que el mercado de stablecoins respaldadas por dólares alcance USD 3 billones hacia 2030, frente a un nivel estimado cercano a USD 300.000 millones en la actualidad.
También se destaca que los fondos vinculados a estas monedas poseen aproximadamente USD 125.000 millones en letras del Tesoro, acercándose a una participación de alrededor del 2% dentro del mercado en circulación.

Otros análisis abordan cómo la mayor utilización de stablecoins podría influir en la estructura de financiamiento del gobierno estadounidense. Los reportes mencionan que un incremento en la demanda de estos activos podría llevar al Tesoro a emitir más letras para responder al flujo previsto.
A su vez, esto tendría el potencial de reducir la dependencia de deuda a largo plazo y modificar la presión sobre los costos de endeudamiento.
Por el momento, las stablecoins se emplean principalmente para facilitar operaciones con criptomonedas. El comportamiento de los mercados digitales y la volatilidad reciente influyen en la visión sobre su crecimiento potencial.