
El principal índice bursátil de Estados Unidos atraviesa 2025 con un comportamiento que aparece muy pocas veces en los registros históricos, en un contexto de subas acumuladas que vuelven a poner el foco en comparaciones de largo plazo.
En lo que va del año, el índice muestra un avance superior al 16%, y distintos escenarios de cierre vuelven a abrir referencias con ciclos que se remontan a varias décadas atrás.
Los datos históricos indican que la posibilidad de cerrar el año con una suba superior al 20% implicaría encadenar tres años consecutivos con incrementos por encima de ese nivel, algo que solo ocurrió en una ocasión desde 1929.
Incluso en un escenario más moderado, con una variación anual cercana al 15%, los antecedentes muestran que ese tipo de rachas también fueron escasas y concentradas en períodos puntuales del siglo pasado y del actual.
Los registros comparativos señalan que secuencias de varios años consecutivos con subas relevantes se observaron de manera aislada en la década de 1940, en la década de 1950, en la década de 1990 y en el tramo reciente posterior a 2019.
En esos episodios, los mercados atravesaron fases prolongadas de crecimiento antes de mostrar cambios en el ritmo de avance.

El análisis de series largas muestra que, tras rachas de tres años con subas superiores al 15%, los rendimientos del año siguiente tendieron a ubicarse cerca de valores promedio, en torno al 8,3%.
Cuando la racha previa superó el 20%, el retorno medio posterior se ubicó alrededor del 13,4%, aunque la base de comparación es reducida y con superposición de períodos.
Durante el año también se registraron movimientos asociados a episodios previos de fuerte expansión bursátil, como aumentos en la volatilidad y una mayor dispersión entre sectores dentro del índice.