Una señal de humo blanco se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina durante la jornada del jueves, marcando la decisión del cónclave reunido en el Vaticano para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica.
La elección se concretó luego de varias rondas sin resultado en la primera jornada y en las primeras votaciones del jueves.
Según el procedimiento regulado por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, los cardenales electores pueden realizar hasta cuatro votaciones por día, distribuidas en dos sesiones matutinas y dos vespertinas.
Desde horas tempranas, 133 cardenales electores iniciaron el desplazamiento desde su residencia hasta los espacios designados dentro del Vaticano para las actividades litúrgicas y las votaciones.
Los cardenales ingresaron a la Capilla Sixtina luego de la celebración litúrgica de la mañana.
De acuerdo con las normas establecidas, la elección del sumo pontífice requiere el respaldo de al menos dos tercios de los votos emitidos, lo que implica un mínimo de 89 votos en este caso.
Una vez finalizada la votación decisiva, las papeletas fueron incineradas con sustancias que generan humo blanco, señal que indica a quienes aguardan en la Plaza de San Pedro que se ha alcanzado una elección.