Estados Unidos aún no ha confirmado próximos pasos en relación con la situación nuclear de Irán, aunque se dejó abierta la posibilidad de reanudar conversaciones tras cinco rondas anteriores.
Durante su regreso desde la cumbre del Grupo de los Siete, el presidente estadounidense interrumpió su participación antes de lo previsto para enfocarse en el conflicto entre Israel e Irán.
En declaraciones recientes, señaló que el objetivo es lograr un cese definitivo de las disputas nucleares, pero no mostró disposición inmediata para reiniciar negociaciones.
Las hostilidades entre Israel e Irán han continuado. El martes, el número de misiles lanzados desde Irán disminuyó respecto a jornadas anteriores, de acuerdo con un vocero militar israelí.
A pesar de ello, una refinería israelí fue cerrada tras sufrir daños. La compañía que la opera informó que tres personas fallecieron y que la instalación, que produce hasta 200.000 barriles diarios, vio interrumpidas sus actividades.
Desde el inicio de los bombardeos, se reportaron afectaciones en diversas infraestructuras nucleares iraníes, incluyendo el sitio de Natanz.
El organismo internacional que supervisa el uso de la energía atómica confirmó daños en varios puntos clave, mientras las fuerzas armadas israelíes señalaron que los ataques contra esos emplazamientos se han intensificado.
Las tensiones también se extienden a otros países. El grupo naval estadounidense USS Nimitz fue movilizado hacia Medio Oriente anticipadamente, en lo que constituye el primer traslado de ese tipo desde el inicio de las hostilidades el viernes.
Las autoridades iraníes informaron que más de 200 personas han muerto como consecuencia de los ataques.
En Israel, se confirmó que 24 personas perdieron la vida y más de 600 resultaron heridas.
A pesar de los llamados previos a evacuar zonas de la capital iraní, se reportaron explosiones en áreas cercanas a Teherán, coincidiendo con publicaciones en redes sociales que advertían sobre un posible ataque.
Desde Israel se indicó que la actual ofensiva busca interrumpir el desarrollo de armamento balístico y actividades de enriquecimiento de uranio que exceden los niveles para uso civil.
El gobierno iraní, por su parte, sostuvo que no pretende una escalada, aunque responderá a cualquier incursión en su territorio con acciones proporcionales.
Mientras tanto, Estados Unidos no ha confirmado si planea sumarse a las operaciones militares en curso. Un portavoz de la Casa Blanca negó que existan decisiones tomadas al respecto, tras la circulación de versiones no oficiales en medios digitales.