
Según datos proporcionados por referentes del sector arrocero, la siembra de este año avanza con un ritmo más lento debido a las lluvias registradas en los últimos meses.
Las condiciones más estables observadas en noviembre permitieron acelerar parte de las labores, aunque una fracción de la superficie prevista ingresará más tarde de lo proyectado inicialmente.
Los reportes indican que la campaña se encuentra alrededor del 50% de avance, cuando se esperaba aproximadamente un 70% para octubre.
El sector proyecta alcanzar unas 200.000 hectáreas sembradas, por debajo de las 220.000 hectáreas estimadas para la temporada, y alrededor del 40% de esa superficie será implantada fuera del calendario ideal.
Con relación al comercio exterior, se estima que ya fueron enviadas cerca de 1.200.000 toneladas de arroz en base cáscara, cifra alineada a la expectativa anual del rubro.
La oferta total para exportación durante este año superó 1.500.000 toneladas, considerando una producción aproximada de 1.400.000 toneladas y un stock de transición situado entre 100.000 y 150.000 toneladas.
Los valores registrados este año muestran una reducción respecto al periodo anterior.
El mercado internacional operó con un mayor volumen disponible y esto generó una baja en las cotizaciones, luego de un periodo en el que se habían observado niveles más elevados.
El sector espera una mejora gradual a medida que disminuya la oferta global y regional.

Para el año siguiente, el principal desafío será colocar el producto desde los primeros meses, ante la posibilidad de un sobrestock en el Mercosur.
El análisis señala que una recuperación más clara podría observarse en el segundo semestre, conforme se reduzcan los excedentes y se ajusten los flujos comerciales.
Durante el año, el país logró enviar arroz a más de 30 mercados distintos, manteniendo presencia en destinos ya habilitados y aumentando los volúmenes embarcados en varios de ellos.